miércoles, 4 de septiembre de 2013

CREACIONES DE CUENTOS INVOLUCRANDO EL PROYECTO: FRUTAS SALUDABLES

Queridos colegas, reciban un saludo fraternal y  bueno compartiendo algunas fotos de los trabajos.




Compartiendo una de mis creaciones que en el camino lograré terminar. Benditas madrugadas



El regalo de mi padre
 Mi padre Max trabajaba en la  clínica Villarán como enfermero técnico y estudiaba por las noches, la secundaria en el colegio Melitón Carbajal. Veía llegar a mi padre a la casa, en las altas horas de la noche, aproximadamente las doce de la noche. Con el rostro con sueño y desencajado. Sin embargo, tenía tiempo para revisarnos las tareas, corregirnos  los ejercicios de mi hermana y el mío.
 Nos despertaba muy tempranito para alistarnos, explicarnos nuestras tareas escolares .Hay algo especial que no voy a poder olvidar, porque está sellada en mi corazón, me refiero en que se amaneció elaborando dos cometas, para regalarnos, una para mí y otra para mi hermanita. Aún recuerdo sus ojitos rojos de sueño y cansancio, pero siempre con una sonrisa, dispuesto a engreírnos.
Al regresar del colegio, cogí la cometa y me fui corriendo por los cerros, para que mi cometa pueda volar más alto. Era un regalo maravilloso, tenía mucho valor para mí, lo había hecho mi propio padre, además tenía tres colores: rojo, azul y amarillo. Los amiguitos del barrio, me miraron extrañados con mi cometa, porque solamente los varones tenían cometas y decían que era  juego de niños no de niñas, a pesar de todo, le restaba importancia a sus apreciaciones por lo tanto era una niña muy feliz con mi cometa, aunque la única traviesa haciendo bulla, gritando con mi cometa por los cerros.
Cuando pasaron los días, empecé a prestarles mi cometa, ya que decían mis amigos, que el mío volaba más alto que él de ellos. Pero con la condición que también me enseñarán a jugar el trompo, el trato estaba hecho.
Me había hecho famosa con mi cometa, hasta que un día vinieron dos niños ladronzuelos de otro barrio, me quisieron quitar mi cometa. Primeramente me empezaron a tirarme arena  y decirme palabras agresivas, para que yo soltara la cometa. Pero yo no les hice caso, solo corría hasta llegar a mi casa. Conté a mi madre, ella salió a mirarlos y les regañó  mientras que estos  niños se rieron y se marcharon.
 Al llegar mi padre de su trabajo, le conté lo sucedido, él me dijo que no subiera al cerro, que me cuidara, que mejor era que volara la cometa cerca a la casa. Pero yo quería que mi cometa Arco Iris, así le bautice volase alto hasta las estrellas, seguí yendo a escondidas al cerro más alto.
 Un día estuve volando mi cometa, cuando dos niños desconocidos me tumbaron al suelo, me dieron patadas, pero yo no soltaba mi cometa, solamente gritaba pidiendo ayuda, hasta que pasó una señora y les gritó. Entonces corrí, al bajar del cerro, me crucé con un muchacho que tendría unos catorce años,  me gritó y empezó a tirar piedras a mi cometa, yo seguía corriendo, asustada, mientras que mi cometa se deshacía en pedazos, llegué a mi casa. Mis padres no estaban en la casa, entré a mi cuarto y miré a mi cometa Arco Iris estaba completamente rota. La puse en una bolsa y lloré amargamente recordando las palabras que mi padre me había dicho anteriormente... (continuará)